(Si no has leido la cuarta parte del relato puedes hacerlo aquí)
Entonces salió a cubierto. Detrás de los restos de la cabina de una grúa apareció Edding Altor.
Se acercó lentamente hacia mí, con una sonrisa en la cara.
-Vaya, vaya, vaya... por lo visto el inepto de Evidenthus se ha rendido y ahora manda a otros para hacer su trabajo. Desde luego ha sabido bien a quien elegir. Has acabado con todos mis hombres y has impedido que realizáramos el último ritual que nos faltaba. No importa, ahora vas a morir y por suerte, todavía dispongo de lo necesario para llevarlo a cabo. Muy bueno el truco psíquico, realmente sorprendente e imaginativo, pero la victima del sacrificio estaba atada y a buen recaudo junto a mí.
Me juré a mi mismo que Evidenthus pagaría por no haber indicado en el informe que Edding Altor era psíquico.
- Edding Altor, en nombre de la Inquisición estás acusado de herejía y crímenes contra el imperio. Entrégate de inmediato. El resto de mi grupo ya ha recibido mi mensaje y está a punto de llegar, no tienes ninguna oportunidad.
- No me importa quien venga inquisidor, tu vas a morir y no necesito mucho mas tiempo para completar el ritual. Una vez esté acabado cualquiera que intente acercarse a mí, morirá. Bueno, de cualquier modo todos van a morir -dijo mientras lanzaba una carcajada-
-Lo siento, pero eres un hereje de poca monta y no me creo nada. Entrégate y serás juzgado por tus crímenes. -Necesitaba ganar un poco más de tiempo y sabía que lograría cabrearle menospreciándole. Todos los individuos como Edding Altor lo hacen, se sienten subestimados y pierden el control-
Su cara paso de la estúpida sonrisa a un gesto grave y serio. Se acercó hacia mi cara y me susurró:
-No tienes ni idea... -sentí como se adentraba en mi cabeza- Villaris. Cuando Evidenthus y el estúpido inquisidor local acabaron con las runas, lo único que consiguieron fue retrasarnos. Pensé que la cosa no había ido del todo mal porque así nos dejarían en paz, pero ahora estás tu aquí. Tuvimos que empezar de nuevo, pintar otra vez las runas y comenzar con los sacrificios. Pero en cuanto el último sea ejecutado, todas las runas estarán completas y Slaneesh sabrá recompensarme debidamente. Tendré bajo mi control a sus súbditos para arrasar con todo! Ni siquiera los malditos Astartes podrán pararme!!
Aquello se ponía serio. Pensé que Altor era un estúpido con demasiadas pretensiones que intentaba jugar a ser adorador del caos, pero invocar bestias de Slaneesh era delicado y lo peor es que no tenía nada que hacer, sus poderes psíquicos eran mas poderosos que los míos, iba a morir de un momento a otro.
- Bueno, esto se acaba Villaris, ya me has retrasado suficiente. Mi duda ahora es decidir como matarte. Podría hacerte arder... podría hacer que te estallara la cabeza... no. No pienso mancharme las manos contigo, será mejor que acabes con tu vida tu mismo.
El brazo que empuñada la pistola Bolter comenzó a subir lentamente mientras yo intentaba romper el efecto que Altor ejercía sobre mí, pero estaba muy cansado y los poderes psíquicos nunca han sido mi fuerte. Tenía la pistola apuntándome a la cabeza y comencé a notar como mi dedo intentaba apretar el gatillo. Saqué fuerzas de flaqueza y resistí todo lo que pude su ataque, pero sabía que de un momento a otro dejaría de hacerlo.
Entonces Croquethorn que había estado junto a mí en el suelo, inconsciente todo este tiempo, se despertó, contempló la escena que tenía ante si y aun aturdido tiró de mi hacia el suelo justo cuando mi mente ya no podía mas y mi dedo había apretado el gatillo. Un segundo antes y me habría hecho estallar la cabeza, pero al caerme el disparo erró. Croquethorn sacó su pistola y se levantó para disparar a Edding Altor peor no fue lo suficiente rápido y comenzó a ascender en el aire mientras unas llamas de fuego verde empezaron a surgir en torno a su cuerpo. Otro hombre habría muerto a los pocos segundos, pero el testarudo de Croquethorn no iba a irse solo de este mundo. Aun ardiendo y mientras gritaba de dolor pudo mantener su pistola en la mano, aunando sus últimas fuerzas para apuntar hacia Altor y disparar.
El disparo acertó a Edding Altor en el hombro y lo hizo caer apoyado con una rodilla en el suelo. Al perder la concentración sobre Croquethorn este dejó de levitar y cayó al suelo, momento que aproveché para levantarme y disparar mi Bolter. Un primer disparo en el pecho le abrió un agujero y el segundo a la cabeza hizo que desapareciera la mitad superior de ésta, cayendo los restos de su cuerpo desplomado hacia atrás.
Corrí hacia Croquethorn pero ya era demasiado tarde, su cuerpo estaba totalmente quemado y parcialmente consumido por las llamas. Probablemente ya había muerto incluso antes de caer al suelo.
30 octubre 2009
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