30 octubre 2009

Trasfondo rol Warhammer 40k - Final

EXPEDIENTE: 456:42G:LK4:MH8

* CLASIFICACION: Nivel de Inteligencia Primario
* NIVEL DE SEGURIDAD: Obsidiana
* ENCRIPTACION: Cryptox v 2.6
* FECHA 385.M41
* AUTOR: Inquisidor Villaris Pablethus, Ordo Hereticus
* ASUNTO: Acontemientos en Gudrun. Peticion.
* DESTINATARIO: Señor Inquisidor Phlebas Alessandro Rorken


Saludos señor,

Como habrá leído en el informe sobre los acontecimientos en Gudrun, la cosa no fue tan sencilla como iba a ser en un principio. Confió en que los fallos en la información que me facilitó sobre las investigaciones de Evidenthus y que casi me cuestan la vida, sean tenidos en cuenta para posibles represalias.
Me debe una y precisamente necesito un favor. El hijo del fallecido inquisidor Albert Croquethorn es psíquico y las naves negras ya han ido a Gudrun para reclutarle como debe hacerse. Sé que el chico tiene potencial y que podrá servir al Dios-Emperador de mejor forma combatiendo a sus enemigos que postrándose ante el trono dorado. Por eso le pido que ejerza su influencia y que David Croquethorn sea enviado a la academia para ser entrenado. Yo mismo lo pondré a mi cargo tan pronto como termine su formación.

Que el Emperador le proteja!

Atentamente
Villaris Pablethus



No conocí demasiado a Albert Croquethorn, ni siquiera éramos amigos. Pero conviví con él lo suficiente para saber que era un buen hombre, que dedicó su vida a combatir el mal que acecha al imperio. Para Croquethorn, su hijo era lo único que le quedaba en la vida y el chico se había quedado solo en el mundo. Era lo mínimo que podía hacer, después de todo, me salvó la vida.

Finalmente, Lord Rorken accedió a mi petición y David Croquethorn ingresó en la academia de psíquicos, donde se graduó con honores y pasó a mi equipo poco después. Pero eso es otra historia...

Trasfondo rol Warhammer 40k - Parte V

(Si no has leido la cuarta parte del relato puedes hacerlo aquí)

Entonces salió a cubierto. Detrás de los restos de la cabina de una grúa apareció Edding Altor.

Se acercó lentamente hacia mí, con una sonrisa en la cara.

-Vaya, vaya, vaya... por lo visto el inepto de Evidenthus se ha rendido y ahora manda a otros para hacer su trabajo. Desde luego ha sabido bien a quien elegir. Has acabado con todos mis hombres y has impedido que realizáramos el último ritual que nos faltaba. No importa, ahora vas a morir y por suerte, todavía dispongo de lo necesario para llevarlo a cabo. Muy bueno el truco psíquico, realmente sorprendente e imaginativo, pero la victima del sacrificio estaba atada y a buen recaudo junto a mí.

Me juré a mi mismo que Evidenthus pagaría por no haber indicado en el informe que Edding Altor era psíquico.

- Edding Altor, en nombre de la Inquisición estás acusado de herejía y crímenes contra el imperio. Entrégate de inmediato. El resto de mi grupo ya ha recibido mi mensaje y está a punto de llegar, no tienes ninguna oportunidad.

- No me importa quien venga inquisidor, tu vas a morir y no necesito mucho mas tiempo para completar el ritual. Una vez esté acabado cualquiera que intente acercarse a mí, morirá. Bueno, de cualquier modo todos van a morir -dijo mientras lanzaba una carcajada-

-Lo siento, pero eres un hereje de poca monta y no me creo nada. Entrégate y serás juzgado por tus crímenes. -Necesitaba ganar un poco más de tiempo y sabía que lograría cabrearle menospreciándole. Todos los individuos como Edding Altor lo hacen, se sienten subestimados y pierden el control-

Su cara paso de la estúpida sonrisa a un gesto grave y serio. Se acercó hacia mi cara y me susurró:

-No tienes ni idea... -sentí como se adentraba en mi cabeza- Villaris. Cuando Evidenthus y el estúpido inquisidor local acabaron con las runas, lo único que consiguieron fue retrasarnos. Pensé que la cosa no había ido del todo mal porque así nos dejarían en paz, pero ahora estás tu aquí. Tuvimos que empezar de nuevo, pintar otra vez las runas y comenzar con los sacrificios. Pero en cuanto el último sea ejecutado, todas las runas estarán completas y Slaneesh sabrá recompensarme debidamente. Tendré bajo mi control a sus súbditos para arrasar con todo! Ni siquiera los malditos Astartes podrán pararme!!

Aquello se ponía serio. Pensé que Altor era un estúpido con demasiadas pretensiones que intentaba jugar a ser adorador del caos, pero invocar bestias de Slaneesh era delicado y lo peor es que no tenía nada que hacer, sus poderes psíquicos eran mas poderosos que los míos, iba a morir de un momento a otro.

- Bueno, esto se acaba Villaris, ya me has retrasado suficiente. Mi duda ahora es decidir como matarte. Podría hacerte arder... podría hacer que te estallara la cabeza... no. No pienso mancharme las manos contigo, será mejor que acabes con tu vida tu mismo.

El brazo que empuñada la pistola Bolter comenzó a subir lentamente mientras yo intentaba romper el efecto que Altor ejercía sobre mí, pero estaba muy cansado y los poderes psíquicos nunca han sido mi fuerte. Tenía la pistola apuntándome a la cabeza y comencé a notar como mi dedo intentaba apretar el gatillo. Saqué fuerzas de flaqueza y resistí todo lo que pude su ataque, pero sabía que de un momento a otro dejaría de hacerlo.

Entonces Croquethorn que había estado junto a mí en el suelo, inconsciente todo este tiempo, se despertó, contempló la escena que tenía ante si y aun aturdido tiró de mi hacia el suelo justo cuando mi mente ya no podía mas y mi dedo había apretado el gatillo. Un segundo antes y me habría hecho estallar la cabeza, pero al caerme el disparo erró. Croquethorn sacó su pistola y se levantó para disparar a Edding Altor peor no fue lo suficiente rápido y comenzó a ascender en el aire mientras unas llamas de fuego verde empezaron a surgir en torno a su cuerpo. Otro hombre habría muerto a los pocos segundos, pero el testarudo de Croquethorn no iba a irse solo de este mundo. Aun ardiendo y mientras gritaba de dolor pudo mantener su pistola en la mano, aunando sus últimas fuerzas para apuntar hacia Altor y disparar.

El disparo acertó a Edding Altor en el hombro y lo hizo caer apoyado con una rodilla en el suelo. Al perder la concentración sobre Croquethorn este dejó de levitar y cayó al suelo, momento que aproveché para levantarme y disparar mi Bolter. Un primer disparo en el pecho le abrió un agujero y el segundo a la cabeza hizo que desapareciera la mitad superior de ésta, cayendo los restos de su cuerpo desplomado hacia atrás.

Corrí hacia Croquethorn pero ya era demasiado tarde, su cuerpo estaba totalmente quemado y parcialmente consumido por las llamas. Probablemente ya había muerto incluso antes de caer al suelo.

25 septiembre 2009

Trasfondo rol Warhammer 40k - Parte IV

(Si no has leido la tercera parte del relato puedes hacerlo aquí)

No me dió tiempo de alertar a los guardias cuando el primero de ellos cayó abatido con media cabeza desparramada por el suelo mientras los disparos laser continuaban desde distintos puntos del hangar. Esos cabrones estaban usando trajes de camuflaje con el entorno! de nuevo me acordé del maldito detector de movimiento pero ya era demasiado tarde. Croquethorn y yo nos pusimos a cubierto justo cuando otro disparo de rifle laser perforó el pecho del soldado que teníamos en la vanguardia. Era muy difícil identificar a los atacantes con la oscuridad del hangar y el camuflaje que llevaban. La única manera que teníamos de ubicarlos era mediante el origen de los disparos laser. Empecé a recuperar la confianza en los soldados grunditas cuando uno de los atacantes cayo con un disparo en el costado desde lo alto de un estante a 15 metros de altura. También empecé a conocer la forma de trabajar que tenía Croquerthorn cuando abatió a otro de los herejes a base de fuerza bruta. Disparó con su ametralladora pesada atravesando restos de cuter, trozos de naves y todo lo que se cruzo en su camino, destrozando las piernas de un hereje que al caer de costado perdió la cobertura y dejó su cabeza al descubierto. No duró mucho tiempo con ella sobre los hombros cuando otra ráfaga de la ametralladora la hizo saltar en pedazos. Pero Croquethorn también tuvo que salir de su cobertura y un disparo laser le impactó en el hombro haciéndole caer de costado. Corrí hacia su posición y lo arrastré para ponerlo a cubierto.

- ¿Cómo se encuentra Albert?
- Me han herido ¿no lo ve? -gruñó- Esos malditos cabrones van a pagar caro todo esto, por el Emperador que no pienso dejar ninguno con vida!

Comprobé que Croquethorn se encontraba en perfectas condiciones y empecé a pensar en un plan para poder tener alguna oportunidad. Eran demasiados, muy difíciles de localizar y por lo tanto de abatir, así que tendría que sacarme algo de la manga rápidamente. Otro soldado grundita cayó cuando se ponía al descubierto para lanzar una granada. Ese estúpido valiente recibió dos disparos laser que lo partieron prácticamente por la mitad, pero al menos se llevó consigo a tres herejes que saltaron en pedazos con la onda expansiva de la granada.
A pesar de sus bajas, seguíamos siendo superados en número y solo se me ocurrió una forma de equilibrar la balanza a nuestro favor.

- Albert! manténgase a cubierto y salga cuando yo le diga. Acribille la zona donde vea disparos laser.
- ¿Que dice Pablethus? ¿Es que quiere que acaben conmigo?
- Hágame caso por favor, salga solo cuando yo se lo diga
- Soldados!! -les grite a los dos soldados grunditas que seguian en pie- Manténganse a cubierto y cuando yo les avise salgan y disparen contra todo el que vean!

Al contrario que Croquethorn, los soldados no pusieron en duda mis órdenes y se limitaron a asentir. Ahora venía la parte difícil. Como ya dije, no tengo unas habilidades psíquicas muy poderosas y menos aun si tenemos en cuenta que había mucha distancia entre los herejes. Mi ataque psíquico tendría que abarcar un área muy grande si quería afectar a todos los atacantes. Me concentré profundamente y saqué toda la fuerza que fui capaz de reunir para lanzar el ataque psíquico. Recé al Emperador para que la onda expansiva no dejara inconsciente a Croquethorn y los soldados y grité en alto:

- Salid todos de vuestro escondite! Disparad hacia el techo!

Los soldados grunditas se vieron por momentos aturdidos, pero lograron mantenerse firmes y se vieron afectados por mi ataque, salieron de su cobertura y empezaron a disparar hacia el techo. Me concentré rápidamente en ellos y rompí el lazo psíquico que les unía a mi orden.
- Ahora soldados! disparad! – Les grité-

Tardaron unos segundos en darse cuenta de lo que estaba pasando, pero reaccionaron y comenzaron a disparar allá donde veían lasers hacia el techo. Yo estaba terriblemente cansado por el ataque psíquico y me desplomé en el suelo junto a Croquethorn, que se había desmayado. Mi plan estaba funcionando y los soldados estaban matando a todos los atacantes.

O eso pensaba yo, hasta que uno de los grunditas cayó con un disparo laser que le arrancó la parte izquierda de la cabeza. El otro soldado actuó rápidamente y se puso de nuevo a cubierto. Al parecer la onda expansiva de mi ataque no había logrado afectar a todos los herejes, pero por suerte fue suficiente y los disparos cesaron cuando el último de los atacantes, o mas bien sus restos, caían a manos del soldado grundita.

Cuando la tensión del momento desapareció me sentí aun más cansado y permanecí tumbado en el suelo para recuperarme. Maldije a Croquethorn, a Rorken y a Evidenthus por haberme metido en esto. Me prometí a mi mismo no subestimar ninguna misión y estar junto a mi equipo siempre que se planteara algún momento de posible peligro.

Estaba empezando a recuperarme, así que me senté con la espalda apoyada en la baliza que nos cubría y me levante justo para ver como el último de los grunditas se quedaba totalmente quieto, dirigía su arma contra si mismo y disparaba. Aun tengo grabado ese momento en mi cabeza, a cámara lenta. Cómo su sangre y sus restos se esparcieron por aquella zona del hangar y salpicaron la parte superior de mi cuerpo, que no estaba protegida por la baliza. Aquello no podía estar pasando!, todos los atacantes estaban muertos! Solo me dio tiempo a sacar mi pistola Bolter antes de quedarme inmóvil, pero no por la impresión de la muerte de aquel soldado. Algo me impedía moverme.

15 julio 2009

Trasfondo rol Warhammer 40k - Parte III

(Si no has leído la segunda parte, puedes hacerlo aquí)

Después de revisar la configuración de los cráneos médicos, salimos de la casa y subimos a mi aerodeslizador. De camino al cuartel inquisatorial, Croquethorn me contó que su hijo llevaba varios meses en esa situación, concretamente desde la muerte de su esposa por una grave enfermedad y que había llamado a varios miembros del Adepthus Medicae para que lo trataran, pero no estaban muy seguros de que le pasaba. El trauma que sufrió con la muerte de su madre debió de alguna manera haber despertado el poder psíquico del chico y se estaba dañando así mismo, seguramente sin saberlo. En cierto modo la llegada de las naves negras podría salvarle la vida.

Llegamos al cuartel y Croquethorn bajó del aerodeslizador para reclutar a unos cuantos de sus agentes de campo. Yo permanecí en la nave mientras tanto y aproveche para hablar por mi comunicador con Vincent Makeas. Le di la orden de que se pusiera en contacto con la nave estelar que nos había traído a Gudrun para que enviaran mi mensaje. Las naves negras no tardarían más de una semana en llegar.
Cuando Croquethorn volvió a la nave, lo hizo acompañado por 5 soldados Grunditas que portaban rifles laser y una armadura de color negro. Él traía consigo una ametralladora pesada para complementar la pistola Bolter que yo ya había notado que llevaba guardada.

Nos dirigimos hacia la localización del hangar y me di cuenta de que esto no iba a resultar tan fácil, cuando a unos 5 kilómetros antes de llegar note que atravesamos una barrera psíquica muy leve. Posiblemente actuaba a modo de detector de intrusión, por lo que fuera quien fuera el que la hubiera puesto, ya sabía que nos estábamos acercando. Si Croquethorn no podía sentir la fuerza psíquica que emanaba su hijo, era muy probable que la anterior vez hubiera pasado por alto ésta y los herejes habrían tenido tiempo de replegarse sin que nadie sospechara. En cuanto a Evidenthus, bueno, era un inquisidor recién ascendido y no precisamente por meritos propios, así que esta barrera tan leve no pudo detectarla. Por suerte el aerodeslizador era extraordinariamente rápido y aceleré a la máxima potencia. Esta vez no les daría tanto tiempo.

- Acabamos de atravesar una barrera psíquica, seguramente hayamos puesto en alerta a los herejes que se encuentran en el hangar -No quería que pillaran desprevenidos a Croquethorn y sus soldados-

- ¿Qué está diciendo Pablethus? Nunca he necesitado de ningún poder psíquico para combatir a los enemigos del Emperador. ¿Insinúa que no revisé bien el hangar?

- Yo no insinúo nada Croquethorn. Quien fuera que estuvo en el hangar fue alertado de su presencia y lo abandonó, pero esta vez espero que no tengan tanta suerte.

En cuanto llegamos al hangar, Croquethorn y sus hombres salieron de la nave y se pusieron a cubierto. Aparentemente allí no había nadie pero por suerte eran gente entrenada y sabían que en ningún momento deben bajar la guardia. Revisamos los alrededores del hangar y después no encontrar nada sospechoso, decidimos entrar.
El lugar era lúgubre y oscuro, el techo estaba roto y varias vigas se habían desprendido y caían hacia el suelo. Restos de aeronaves estaban desperdigadas por todas partes. Allí no había nadie.

-¿Lo vé Pablethus? Ya le dije que aquí no había nadie. Ya estuve aquí con ese mimado de Evidenthus y el hangar sigue igual que entonces.

No podía ser, estaba seguro que habíamos atravesado una barrera psíquica. Tenía que haber alguna evidencia de algo, alguna pista, nadie tomaría ese tipo de previsiones por nada.

- ¿Dónde dice que estaban las runas que encontró la última vez Croquethorn?

- Venga por aquí, se encuentran al final del hangar, justo detrás de los restos de aquel cuter.-me respondió-

Avanzamos hacia la parte posterior del hangar y empecé a notar que algo no iba bien. Me maldije por no haber traído conmigo el detector de movimientos. Además los grunditas estaban empezando a relajarse y eso no me gustaba. La cara de Croquethorn cambio radicalmente cuando llegamos y contempló cómo estaba aquel lugar.

-Por el Dios-Emperador! Yo destruí personalmente esas runas, no es posible que las hayan escrito de nuevo. Soldados! revisad la zona! Rápido!

13 julio 2009

Trasfondo rol Warhammer 40k - Parte II

(Si no has leido la primera parte del relato, puedes hacerlo aquí)

-Buenos días inquisidor Pablethus.

Albert Croquethorn era un hombre de mediana estatura, de piel muy morena y bastante robusto. Con el cráneo totalmente afeitado y el gesto grave, seguramente un hombre que no me pondría las cosas fáciles, lo que me faltaba...

-Buenos días inquisidor Croquethorn. Perdone que le moleste estando su hijo enfermo, pero hay unos asuntos importantes que me han traído hasta Madua y necesitaré toda la información que me pueda facilitar.

-¿De qué tipo de asuntos me está usted hablando? que yo sepa esta zona está totalmente controlada y no hay incidencias registradas recientemente. En cualquier caso yo estaría al tanto -me respondió bruscamente-

-Según el inquisidor Evidenthus…

-Ya le dije al inquisidor Evidenthus que no necesita inventarse falsas herejías para ascender en su carrera, de eso ya se encargará Orsini -me espeto Croquethorn-

-Mis ayudantes y yo estuvimos investigando en la zona y lo único que había allí es un antiguo hangar abandonado y unas extrañas runas pintadas en el suelo, que según los análisis datan de 200 años atrás. Estuve revisando los archivos del anterior inquisidor de Madua y efectivamente en la zona hubo un caso de rituales del caos, pero la secta fue exterminada al completo y no se han vuelto a registrar actividades desde entonces. Mi antecesora, la inquisidora Delacroix, inutilizó las runas mediante una capa de aislante pictórico, pero aprovechando la visita del inquisidor Evidenthus y para que se quedara más tranquilo, las runas fueron totalmente destruidas. Yo mismo portaba uno de los lanzallamas que utilizamos para no dejar rastro de ellas.

-Si acompañó al inquisidor Evidenthus, supongo que no le importará hacerme un pequeño favor y llevarme al hangar. Solo para poder poner en mi informe que usted tiene la zona contralada y que Evidenthus se preocupa sin razón.

Según el informe que me facilitó Rorken, yo sabía que se habían registrado varios viajes hasta Grundun a nombre de Tirus Myrga, el nombre falso de Edding Altor, un hereje en busca y captura por varios asesinatos sectarios en las inmediaciones de Tracian. Los investigadores de Evidenthus averiguaron que durante esas fechas se efectuaron varios alquileres de aerodeslizadores y servidores. Según el registro de rutas que la empresa mantiene gracias a los localizadores, el destino de las naves había sido las inmediaciones de Madua. Me abstuve de facilitarle esa información a Croquethorn, porque no necesitaba más brusquedad por su parte.

- Está bien -me contestó Croquethorn- le llevaré al maldito hangar para que pueda escribir su informe y marcharse cuanto antes. Sígame por favor, tengo que revisar la medicación de mi hijo y podremos marcharnos.

- Por supuesto- Contesté y seguí a Croquethorn.

Cuando llegamos a la habitación de su hijo, se acrecentó esa extraña sensación. Había una sensación de angustia y el ambiente estaba empalagoso, pero evidentemente solo alguien con habilidades psíquicas podría notarlo. Las mías son limitadas, pero soy capaz de detectar emisiones tan fuertes como las que había en esa habitación y no era muy difícil darse cuenta de donde provenían.

El hijo de Croquethorn era un niño de piel extremadamente pálida, ojos azules y una alborotada mata de pelo negro. Se encontraba empostrado en la cama, sudoroso y con los ojos cerrados. Temblaba ligeramente y a su lado flotaban dos cráneos médicos a los que estaba conectado. Desde luego el chico lo estaba pasando mal y era evidente que su padre no sabía el status de psíquico que tenía su hijo, si no, estaría recibiendo otro tipo de tratamiento muy distinto.

Lo sentí por Croquethorn, porque no me caía mal, pero mi deber era llamar a las naves negras para que recogieran al chico, incluso siendo el hijo de un inquisidor, un psíquico no entrenado en libertad era un peligro para la sociedad. Pero como necesitaba la máxima cooperación por su parte decidí contárselo cuando se hubiera resuelto este asunto.

10 julio 2009

Trasfondo rol Warhammer 40k - Parte I

EXPEDIENTE: 456:42G:LK4:MH8

* CLASIFICACION: Nivel de Inteligencia Primario
* NIVEL DE SEGURIDAD: Obsidiana
* ENCRIPTACION: Cryptox v 2.6
* FECHA 385.M41
* AUTOR: Señor Inquisidor Phlebas Alessandro Rorken
* ASUNTO: Extraños acontecimientos en Gudrun. Posible Herejia.
* DESTINATARIO: Inquisidor Villaris Pablethus, Ordo Hereticus.


Saludos en el nombre del Dios-Emperador y en el de la Santa Inquisición.

Como sé que eres hombre de poca burocracia iré directo al grano, será lo mejor para los dos. Siento ser portador de malas noticias pero tengo que delegarte una investigación acerca de un posible caso de Herejía en Gudrun. En otras circunstancias habría dejado el caso en manos del inquisidor Evidenthus, que se encuentra cerca de allí, en Tracian Primaris, arreglando unos asuntos personales. Pero tanto él como yo, hemos sido requeridos para asistir a una audiencia de rigor que nos impedirá acometer nuestros asuntos más inmediatos. Como ya habrás adivinado, la audiencia ha sido convocada por el gran Maestre Orsini, de otra manera su sobrino Evidenthus nunca hubiera sido llamado a un tipo de evento como este.

Muchas gracias por todo y mantenme informado.

Que el Dios-Emperador te proteja!




No me gusta nada tener que llevar a cabo investigaciones de otros y menos si se trata de los asuntos de Evidenthus, el niño mimado de Orsini, pero viniendo de orden de Rorken y tratándose de Gudrun, tendría que hacer una excepción. Primero, porque se trata de mi jefe y segundo porque me encanta el planeta.

Era la primavera del 385.M41 y Gudrun seguía igual de hermoso como lo recordaba. Tres cuartas partes del planeta son bosque virgen y en las anteriores ocasiones que estuve no escatimé esfuerzos para sacar un poco de tiempo libre y poder disfrutar de su maravilloso paisaje. Esta vez no iba a ser menos, pero antes tenía que encargarme del asunto de Lord Rorken.

Por suerte la zona de donde provenían las acciones sospechosas registradas por los agentes de Evidenthus no me era desconocida, estaba cerca de Madua una pequeña ciudad-capilla. Aterricé en un aerodeslizador alquilado a las afueras de la ciudad y me dirigí hasta el centro inquisitorial para tratar el tema con el inquisidor general de Madua, Albert Croquethorn. Me atendió uno de sus agentes y después de que me hiciera enseñarle la insignia, accedió a indicarme como llegar hasta casa de Croquethorn, que debido a la enfermedad de su hijo todavía se encontraba allí.

No tomé en demasiada consideración el peligro que podría entrañar esta misión, así que solo me hice acompañar por un pequeño grupo de apoyo. Blancus Opusis, un clérigo cuya idea de herejía era no mirar con suficiente fervor una imagen del águila imperial. Vincent Makeas, un cazador con la mejor puntería que me he encontrado jamás y que sería capaz de acertarle a nurglete desde la escotilla de un cuter a 1000 metros de altitud y 80 nudos. Y dos guardias imperiales retirados. Feroces y temibles en el combate, pero muy cariñosos entre ellos, algo que no me importa siempre que luchen por mi causa y válgame El Emperador, que lo hacen; Shirkayo Candelus y Ernest Banckus.

Como tenía las notas preliminares de Evidenthus que me había mandado Lord Rorken, envié a todos a realizar pequeñas tareas por las inmediaciones de Madua, mientras yo me dirigía a la casa de Croquethorn.

Al llegar me recibió su mayordomo, un hombre canoso y con bigote estilo victoriano, que me hizo pasar y me pidió que esperara, mientras un servidor me servía una taza de cafeína caliente. Sentí una extraña sensación al entrar en la casa. No sabía de que se trataba, pero me provocaba cierta intranquilidad.

Trasfondo partida warhammer 40k

Cuando mi compañero de piso se propone hacer algo, normalmente la idea le dura un par de días y luego suele abandonarla (que conste que yo suelo hacer lo mismo), así que cuando comentó que quería organizar una partida de rol ambientada en Warhammer 40k le dije que muy bien, contando con que una semana después se le habría olvidado... pero sorprendentemente la cosa ha ido para adelante. Y no solo eso, si no que además va a dirigir a dos grupos en dos partidas distintas, con crossovers de personajes incluido. Todo una currada desde luego.

Así que ni corto ni perezoso me puse a elaborar el trasfondo de mi personaje y al final me ha quedado un poco más largo de lo que pensaba, es casi un mini relato y como ultimamente no posteo nada por aquí, he pensado en ponerlo en plan fascículos ;)

Se que poca gente lee mi blog pero tengo constancia de que dos personas que van a estar en la partida suele hacerlo. Pido máxima discrección porque el señor Master me puede matar si se entera ;)

Notareis la cosa tiene un aire a Eisenhorn, es normal, me gustó mucho el libro.

PD. Como se que alguien me lo dirá... NO, ésto no pretende tener ningún valor literario.