20 mayo 2005

Montandome mi propio Thel'aran'rhiod- Parte I

Una espesa barrera, seca y agobiante, me abraza. Consume mi paciencia, me viste. Levantada a su paso por cientos de ellos, quizas miles. Un paso fime, quiza impropio de ellos. No, impropio no, quiza extraño, pero lo son. Más que extraños, especiales.

Debería tener pavor o cuanto menos sorpresa pero solo siento afecto. Durante cuanto tiempo me he llenado de ellos... a lo lejos queda una ilusion, quiza, incluso podrían hacerme rico... que cosas. Dicen que mejor no romper el silencio si no tienes nada que decir mejor que éste. Ellos no dicen nada pero rompen el silencio con sus miradas. Durante un segundo paso del afecto al desprecio y no puedo menos que reirme. Reirme en una carcajada amplia y duradera; hasta que recuerdo que podría no salir vivo de ésta.

Bebo un poco de malibú con piña y aparto la sombrilla de papel que me hace cosquillas debajo de la nariz. Me ocurre igual con las cucharillas del cafe. Deberían enseñarnos desde pequeños que una vez que se remueve el cafe hay que sacar la cucharilla y por supuesto, quitar la sombrilla del malibu.
Miro en derretor y solo veo aridez. El sol me hace mella, estar desnudo no me ayuda pero no puedo hacer nada al respecto. Hay reglas, ciertas reglas que se conocen y no se pueden romper, al menos no sin practica y en ese sentido aun me queda mucho camino.