11 marzo 2008

Aventuras croqueteras


Como ya mencione hace unos días por aquí, parece (y recalco, solo parece) que las croquetas por fin encontraron freidora. Después de mucho tiempo buscando, pues, qué diablos?!, había que echarle bechamel al asunto y tras unas cuantas gestiones arriesgadas, por fin la freidora de sus sueños, se plantaba ante ellas.

Muy amplia, muy bien situada, con buenas vistas, a un precio razonable… ahhhhh!! Pero amigos, las croquetas, que son jóvenes, pero curtidas, sabían que no todo podía ser tan bonito y efectivamente una vez más el buffet libre que es el destino, les deparaba más trabas.

La primera, encontrar a la cuarta croqueta que completara el menú. Tarea fácil a priori, pero harto complicado a la postre jejeje. Tras pensar muy mucho en croquetas amigas, se tuvo que desechar la idea, ya que ninguna estaba disponible. Lo siguiente fue hacer un casting “croquetero”. Y por ese baile danzaron varios personajes:

La croqueta rellena de mojo picón, una croqueta canaria demasiado “blanda” y que no convenció a la croqueta interruptor.
También estaba la croqueta Manolo, que en realidad no me acuerdo de su nombre, pero te dejaba la cabeza como un bombo. Era majo el chaval, pero no convenció a la croqueta “las musas está en el centro”.
Luego entro en escena la croqueta frikigay. Que la verdad es que era muy simpatica y compartía muchos gustos y aficiones con las croquetas. ¿El problema? lo de siempre, el dinero. La croqueta frikigay no tenia trabajo y, como más adelante comprobamos, hace falta, no cierta, si no bastante solvencia economico-laboral para que te alquilen un piso. (Si, suena irónico eso de "viviendas para jovenes") .
No podemos olvidar a la croqueta buenorra, que si bien en un principio no cuajo demasiado bien con la croqueta japonesa, luego gano muchos puntos. Obviamente su rebozado doradito, sus tropezones azules y ese tipazo de croqueta, eran buena armas. El hecho de ser croqueta fémina también la hizo ganar puntos, sobre todo para la croqueta interruptor.
Pero amigos, al final la que se llevo el gato al aceite fue la croqueta microbio. Tenía su punto friki que cuajaba con las tres croquetillas principales, era simpático y algo muy importante, parecía una croqueta sincera.

Así que las croquetas ampliaron su plantel. Croqueta Interruptor, croqueta “las musas está en el centro”, croqueta Japonesa y croqueta Microbio.

Os pensáis que los problemas de estas croquetillas de dios llegaría a su fin??? Ja! Pobres ilusos! Nada más lejos de la realidad.

Después de la adhesión de la croqueta microbio, se empezó con todo el papeleo necesario para poder entrar en la freidora y bueno… el hecho de acogerse al programa de “alquiler de freidoras joven” no hizo más que complicarlo todo. Papeles y más papeles, certificados, listados que tardan una semana en poder entregarse, etc… al final fue imposible que las croquetas empezaran a vivir en su ansiada freidora el día que tenían pensado. Consecuencias?? Pues a parte de tener que esperar más para entrar, la croqueta Japonesa, que ya había notificado a la dueña de su actual freidora que se iba, se queda en la calle -_-

Al menos queda el consuelo de que le dejan trasladar sus cosas a la nueva freidora. Nuevos contratiempos para las croquetas, especialmente para la japonesa, que ahora tendrá que improvisar una cama debajo de un puente o en alguna sucursal bancaria. Aunque nunca viene mal un poco de aventura y toda experiencia fortalece.

2 comentarios:

Eámanë dijo...

Aysss pobre croquetas!! Pero tened fé que ya llegará el día en que traicionéis vuestros orígenes castizos y estrenéis el piso con una jartá de sushi!! Ánimo chicos!!

Zana dijo...

Yo tengo un colchón en el comedor...