Por fin puedo dormir por las noches (bueno, algunas noches no me dejan :P) ¡! Se acabo mi odisea en busca de engendro captura almas o cámara de fotos como diríamos en el primer mundo jejeje.
Después de mucho mareo y muuuuuucha búsqueda, encontré una Nikon D80 a un precio realmente bueno. Por el camino me llegaron ofertas de algunas D80 sin objetivo, usadas y ya sin garantía por 400€ … y no fueron pocas precisamente. En Corte inglés, FNAC y grandes superficies no bajaban de 700€, en algunas tiendas de fotografía incluso a 800€ (todas estas con objetivo, claro), pero al final la encontré nueva por 520€ con un 18-55mm ^_^
Ahora comienza otra odisea, pero mucho más tranquila, aprender a utilizarla y obviamente, conseguir buenas fotos (esto se me antoja harto difícil). Pero sé que la cuesta se me hará menos dura después de cogerle “prestados” a mi padre unos cuantos objetivos que me ayuden a expandir mi creatividad }:) jijiji
Como puse en mi flickr, llegó la época de la renovación. Adiós Sony DSC-P52, hola Nikon D80.
24 marzo 2009
11 marzo 2009
Mi nueva odisea
La verdad es que no salgo de una y ya me estoy metiendo en otra, no aprendo. Cuando no es la PS3, es la Xbox, cuando no el monitor y ahora la camarita...
De verdad que llevo dos semanas de mareo continuo, mirando reviews, buscando en foros, ofertas de segunda mano, nuevas, que si Nikon porque me sirven los objetivos de mi padre, que si Pentax porque en realidad es la marca que me gusta, que si Canon porque hay mucha oferta, que si Sony porque en calidad/precio esta genial, etc...
Tengo la cabeza como un bombo y aun no me decido. Estoy cansado y saturado, pero se que dentro de poco tendre cámara de fotos. Así que espero que valga la pena, le saque partido y no la deje olvidada en el armario.
Por suerte, creo que no soy de esos... ¿o si? ummm, igual puedo vender alguna guitarra jajaja. Ya he puesto a la venta mi cuenta del wow, mi cuenta del warhammer y es posible que venda la Wii, total no puedo mantener 3 consolas y el ordenador :P
En realidad escribo esto, porque como ya digo estoy un poco saturado y ansioso, asi me despejo un rato. Os cuento las opciones que tengo en mente:
- Nikon D80
- Pentax K200D o K100D
- Canon EOS400D
- Sony A200
Al menos despues de dos semanas he deshechado D40, D60, EOS350, las Olympus, etc...
Sinceramente la que mas me gusta es la Pentax K200D, pero no logro encontrar ninguna de segunda mano y mi presupuesto es reducido para comprarla nueva, aunque en realidad no es tan cara. si la encontrara a un precio razonable en algun sitio "grande" en el que pudiera financiarla, tipo Corte Ingles, FNAC, etc... me hacia con ella sin pensar, pero por ahora nada ;)
En fin, creo que es hora de dejar de pensar un rato en esto y acostarme, para pasar a soñar con camaras jajaja!! En el fondo creo que deberia replantearmelo todo... de que sirve tener una buena camara si el fotografo es malo?? ;)
De verdad que llevo dos semanas de mareo continuo, mirando reviews, buscando en foros, ofertas de segunda mano, nuevas, que si Nikon porque me sirven los objetivos de mi padre, que si Pentax porque en realidad es la marca que me gusta, que si Canon porque hay mucha oferta, que si Sony porque en calidad/precio esta genial, etc...
Tengo la cabeza como un bombo y aun no me decido. Estoy cansado y saturado, pero se que dentro de poco tendre cámara de fotos. Así que espero que valga la pena, le saque partido y no la deje olvidada en el armario.
Por suerte, creo que no soy de esos... ¿o si? ummm, igual puedo vender alguna guitarra jajaja. Ya he puesto a la venta mi cuenta del wow, mi cuenta del warhammer y es posible que venda la Wii, total no puedo mantener 3 consolas y el ordenador :P
En realidad escribo esto, porque como ya digo estoy un poco saturado y ansioso, asi me despejo un rato. Os cuento las opciones que tengo en mente:
- Nikon D80
- Pentax K200D o K100D
- Canon EOS400D
- Sony A200
Al menos despues de dos semanas he deshechado D40, D60, EOS350, las Olympus, etc...
Sinceramente la que mas me gusta es la Pentax K200D, pero no logro encontrar ninguna de segunda mano y mi presupuesto es reducido para comprarla nueva, aunque en realidad no es tan cara. si la encontrara a un precio razonable en algun sitio "grande" en el que pudiera financiarla, tipo Corte Ingles, FNAC, etc... me hacia con ella sin pensar, pero por ahora nada ;)
En fin, creo que es hora de dejar de pensar un rato en esto y acostarme, para pasar a soñar con camaras jajaja!! En el fondo creo que deberia replantearmelo todo... de que sirve tener una buena camara si el fotografo es malo?? ;)
05 marzo 2009
Compuesto y sin ropa.
Esta, iba a ser una noche especial, iba a conocer a los padres de mi novia. Teníamos una cena los cuatro y a parte del reto que eso supone, me encontré con una nueva traba; no tenia pantalones. De hecho, tal como yo lo veo, debía llevar bastante tiempo llevando solo unos calzoncillos. Así que de esta guisa decidí viajar a Sevilla a buscar unos. Obviamente no podía aparecer en casa de mi novia en ropa interior. Una vez los tuve, se me planteo otra cuestión… iba a llegar tarde a la cena.
Había gastado casi todo el día en ir de Madrid a Sevilla y ahora tenía que volver, así que decidí hacer autostop. Pero claro, ese debía ser el día del autostopista, porque en cuestión de unos minutos se agolparon a mi alrededor como 20 personas que tenían la intención de que alguien los recogiera también. Como yo andaba muy mal de tiempo y no podía confiar en que toda esa gente conociera las leyes no escritas del autostop, ni tampoco que supiera programar cierta estructura en C (FIFO), decidí seguir caminando por la carretera, ya que recordé que a las a fueras del pueblo había un taller y quizá allí podría alquilar una moto y volver a Madrid.
Por el camino me encontré a un grupo de gitanos que iban todos vestidos igual, con un pantalón azul de trabajo, una camisa y un jersey azul marino. Todos llevaban el pelo enmarañado, una mochila colgada al hombro y además debían ser hermanos porque gastaban la misma cara. Me miraron como una manada de lobos miraría un pobre corderito que se ha alejado del rebaño, pero decidí simplemente fijar la mirada en el cielo y atravesar aquel campo de mineros (por lo negro). Creo que no recibí ningún navajazo por la espalda, ya que pasado un rato llegué al taller.
Primer checkpoint de mi travesía y lo más extraño es que de nuevo era de día, debía estar realmente lejos el taller. Aun con esas, estaba seguro de tener tiempo para llegar a la cena. Al entrar en el taller vi un hombre mayor, calvo, que llevaba un mono azul y un cigarro en la boca. Tenía el mono abierto, dejando al descubierto la camiseta de tirantes que llevaba debajo y varias cadenas colgaban de su cuello. Me fijé de que ninguna tuviera el escudo del Sevilla, en tal caso debería salir corriendo de allí y buscar un plan B. Por suerte no la encontré así que le pedí que me alquilara por un día la moto más barata que tuviera. Me miró inquisitivamente durante un minuto y de repente, con un grito llamó a su ayudante para que me trajera la moto.
La moto era un Vespino del año de la polca, color verde. Era un verde fluorescente rancio, feo y apagado, debía ser de cuando la palabra fluorescente aun no existía. Su ayudante era un chico ruso, bastante joven y de cuyo nombre no me acuerdo pero sé que nos hicimos muy amigos. Tanto, que le confié la bolsa de mi equipaje para que me la guardara hasta la vuelta ya que en casa de mi novia no la iba a necesitar. Entonces, un leve e inocente gesto del ruso hizo saltar mis alarmas internas: miro con ojos golosos una camiseta del Betis que yo llevaba en la bolsa. Era una segunda equipación que debe tener casi tantos años como el Vespino, verde, con rayitos pintados, de marca Kappa. El caso es que ese gesto me llevó a ser cauto y decidí instalar un sistema de encriptación en la bolsa del equipaje para que el ruso no pudiera acceder a mis cosas. Mientras estaba instalándolo me debatía conmigo mismo sobre si estaba haciendo algo absurdo o no, sin embargo la idea de que toda seguridad es poca acabo ganado y finalmente encripté mi equipaje.
De cómo llegue a Madrid y del transcurso del viaje poco quedó en mi memoria, pero debí llegar, porque lo siguiente que recuerdo es que estaba justo en la puerta de la casa de mi novia, solo, y que escuché que su madre se acercaba mientras hablaba por el móvil. Por la conversación pude deducir que mi novia y su padre estaban en algún sitio y que iban a llegar tarde, estaban preguntando por mí. Momentos después su madre abrió la puerta y me encontró allí plantado con cara de circunstancia y, menos mal, con pantalones :)
Tengo recuerdos confusos sobre lo que paso después, la siguiente imagen nítida que tengo de aquel día es la mía, despertándome en la cama de sus padres.
Miré el reloj y eran algo más de las 10:30, no había nadie más en la habitación. Sabiendo que se suelen despertar muy temprano, confié en que quizá sus padres no estuvieran en la casa y podría salir de allí sin armar mucho revuelo. Así que me vestí e hice la cama. Me dispuse a salir del cuarto y me di de nuevo, de bruces con la madre de mi novia. Por instinto hice el gesto de atusarme el pelo para estar un poco más presentable y cruce algunas palabras con ella mientras íbamos hasta la cocina. Pero una vez allí ocurrió algo realmente extraño y turbador, ella empezó a lanzarme comentarios despectivos y a reírse de mí, entonces, como si una novela de Murakami se tratara, mi mente se extrapolo hacia un plano superior y empecé a contemplar la escena desde un plano cenital. Allí estaba yo, pero no podía ser yo, porque era sudamericano, tenia cresta y llevaba una camisa de tirantes blanca. Estaba discutiendo con ella y en momento dado, metió (metí) la mano dentro de un bol de palomitas tamaño gigante que había en la cocina y sacó (saqué) una navaja. Pero lejos de amedrentarse, gritar o que la invadiera el pánico, la mujer hizo una llave de a saber que arte marcial, y anuló al sudamericano. Yo, que estaba viendo la acción desde un lugar desde el que no podía interactuar lo único que hacía era pensar en el lío que me había metido y en la bronca que le iba a caer a mi novia, pero de nuevo las imágenes de esos momentos se vuelven muy turbias…
Y así, trasladamos la acción un tiempo después. Estoy en Torrejón de Ardoz y observo como cientos de personas se agolpan en la plaza del pueblo con pancartas y gritos. Están buscando a un sudamericano con cresta y camiseta blanca de tirantes, le van a linchar y allí al frente de la manifestación esta la madre de mi novia.
Había gastado casi todo el día en ir de Madrid a Sevilla y ahora tenía que volver, así que decidí hacer autostop. Pero claro, ese debía ser el día del autostopista, porque en cuestión de unos minutos se agolparon a mi alrededor como 20 personas que tenían la intención de que alguien los recogiera también. Como yo andaba muy mal de tiempo y no podía confiar en que toda esa gente conociera las leyes no escritas del autostop, ni tampoco que supiera programar cierta estructura en C (FIFO), decidí seguir caminando por la carretera, ya que recordé que a las a fueras del pueblo había un taller y quizá allí podría alquilar una moto y volver a Madrid.
Por el camino me encontré a un grupo de gitanos que iban todos vestidos igual, con un pantalón azul de trabajo, una camisa y un jersey azul marino. Todos llevaban el pelo enmarañado, una mochila colgada al hombro y además debían ser hermanos porque gastaban la misma cara. Me miraron como una manada de lobos miraría un pobre corderito que se ha alejado del rebaño, pero decidí simplemente fijar la mirada en el cielo y atravesar aquel campo de mineros (por lo negro). Creo que no recibí ningún navajazo por la espalda, ya que pasado un rato llegué al taller.
Primer checkpoint de mi travesía y lo más extraño es que de nuevo era de día, debía estar realmente lejos el taller. Aun con esas, estaba seguro de tener tiempo para llegar a la cena. Al entrar en el taller vi un hombre mayor, calvo, que llevaba un mono azul y un cigarro en la boca. Tenía el mono abierto, dejando al descubierto la camiseta de tirantes que llevaba debajo y varias cadenas colgaban de su cuello. Me fijé de que ninguna tuviera el escudo del Sevilla, en tal caso debería salir corriendo de allí y buscar un plan B. Por suerte no la encontré así que le pedí que me alquilara por un día la moto más barata que tuviera. Me miró inquisitivamente durante un minuto y de repente, con un grito llamó a su ayudante para que me trajera la moto.
La moto era un Vespino del año de la polca, color verde. Era un verde fluorescente rancio, feo y apagado, debía ser de cuando la palabra fluorescente aun no existía. Su ayudante era un chico ruso, bastante joven y de cuyo nombre no me acuerdo pero sé que nos hicimos muy amigos. Tanto, que le confié la bolsa de mi equipaje para que me la guardara hasta la vuelta ya que en casa de mi novia no la iba a necesitar. Entonces, un leve e inocente gesto del ruso hizo saltar mis alarmas internas: miro con ojos golosos una camiseta del Betis que yo llevaba en la bolsa. Era una segunda equipación que debe tener casi tantos años como el Vespino, verde, con rayitos pintados, de marca Kappa. El caso es que ese gesto me llevó a ser cauto y decidí instalar un sistema de encriptación en la bolsa del equipaje para que el ruso no pudiera acceder a mis cosas. Mientras estaba instalándolo me debatía conmigo mismo sobre si estaba haciendo algo absurdo o no, sin embargo la idea de que toda seguridad es poca acabo ganado y finalmente encripté mi equipaje.
De cómo llegue a Madrid y del transcurso del viaje poco quedó en mi memoria, pero debí llegar, porque lo siguiente que recuerdo es que estaba justo en la puerta de la casa de mi novia, solo, y que escuché que su madre se acercaba mientras hablaba por el móvil. Por la conversación pude deducir que mi novia y su padre estaban en algún sitio y que iban a llegar tarde, estaban preguntando por mí. Momentos después su madre abrió la puerta y me encontró allí plantado con cara de circunstancia y, menos mal, con pantalones :)
Tengo recuerdos confusos sobre lo que paso después, la siguiente imagen nítida que tengo de aquel día es la mía, despertándome en la cama de sus padres.
Miré el reloj y eran algo más de las 10:30, no había nadie más en la habitación. Sabiendo que se suelen despertar muy temprano, confié en que quizá sus padres no estuvieran en la casa y podría salir de allí sin armar mucho revuelo. Así que me vestí e hice la cama. Me dispuse a salir del cuarto y me di de nuevo, de bruces con la madre de mi novia. Por instinto hice el gesto de atusarme el pelo para estar un poco más presentable y cruce algunas palabras con ella mientras íbamos hasta la cocina. Pero una vez allí ocurrió algo realmente extraño y turbador, ella empezó a lanzarme comentarios despectivos y a reírse de mí, entonces, como si una novela de Murakami se tratara, mi mente se extrapolo hacia un plano superior y empecé a contemplar la escena desde un plano cenital. Allí estaba yo, pero no podía ser yo, porque era sudamericano, tenia cresta y llevaba una camisa de tirantes blanca. Estaba discutiendo con ella y en momento dado, metió (metí) la mano dentro de un bol de palomitas tamaño gigante que había en la cocina y sacó (saqué) una navaja. Pero lejos de amedrentarse, gritar o que la invadiera el pánico, la mujer hizo una llave de a saber que arte marcial, y anuló al sudamericano. Yo, que estaba viendo la acción desde un lugar desde el que no podía interactuar lo único que hacía era pensar en el lío que me había metido y en la bronca que le iba a caer a mi novia, pero de nuevo las imágenes de esos momentos se vuelven muy turbias…
Y así, trasladamos la acción un tiempo después. Estoy en Torrejón de Ardoz y observo como cientos de personas se agolpan en la plaza del pueblo con pancartas y gritos. Están buscando a un sudamericano con cresta y camiseta blanca de tirantes, le van a linchar y allí al frente de la manifestación esta la madre de mi novia.
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